La quiropráctica es una actividad sanitaria fundamentada en una filosofía profundamente diferente de la medicina convencional. No utiliza fármacos ni cirugía, sino que se especializa en la detección, corrección y prevención de las alteraciones biomecánicas y estructurales de la columna vertebral.

La quiropráctica está basada en el hecho científico de que el sistema nervioso (cerebro, médula espinal y nervios) controla la función de toda célula, tejido u órgano y su cuerpo. Mientras que el cerebro es protegido por el cráneo, la médula espinal es más vulnerable, cubierta por 24 vértebras móviles. Cuando estos huesos pierden su movilidad o posición normal, se puede interrumpir la transmisión de los impulsos nerviosos. Si esto ocurre, aparte de que existe la posibilidad de padecer diversas formas de síntomas como dolor, hormigueos e insensibilidad, la función de los tejidos u órganos se verá disminuida.