Problemas de Discos y Osteoartritis

Problemas de Discos

El disco intervertebral, un material cartilaginoso que se encuentra entre cada una de las vértebras espinales, sirve como un amortiguador de choque absorviendo la fuerza de la gravedad del peso del cuerpo y proporciona una separación entre las dos vértebras conectadas. El grosor del disco intervertebral es directamente proporcional al tamaño del agujero formado entre las vértebras. Esto es de suma importancia porque ese agujero existe con el único fin de permitir atravesar por él, los nervios espinales. Por lo tanto, cuanto más grueso sea el disco intervertebral, mayor será la probabilidad de que no haya una irritación en estos nervios. Cuando los discos están sanos y las vertebras alineadas, la columna vertebral es capaz de moverse libremente en todas direcciones.

Similar a una esponja húmeda, cuando el disco se hidrata, se hace más voluminoso y posee más propiedades de amortiguación. Un disco deshidratado, en cambio, está rígido y es más susceptible a lesionarse.

Los discos intervertebrales, por naturaleza, tienen un suministro de sangre muy pobre y, por lo tanto, dependen de fluidos articulares para proporcionar los nutrientes y eliminar los residuos de desecho. Si una vértebra pierde su movimiento normal, debido a cosas tales como un trauma y/o periodos prolongados de una mala postura, el intercambio entre los nutrientes y desechos se dificulta, deteriorándose el estado del disco. Este proceso en el cual se seca el disco se llama enfermedad degenerativa de disco.

Problemas de discos

Trauma (o microtraumatismos repetidos) y técnicas inadecuadas de levantamiento, entre otras cosas, puede hacer que el disco sobresalga o causar hernias. Los discos herniados puede ejercer presión contra las raíces de la médula espinal y los nervios espinales. Esto se traduce en una interferencia en la función apropiada del sistema nervioso que puede provocar dolor. (En ocasiones no hay dolor asociado con protrusiones o hernias discales).

El tratamiento quiropráctico para aquellos que sufren de problemas de disco consiste en restablecer el movimiento y posición de las vértebras. Además, con la reducción del abombamiento del disco, esto mejorará la función del sistema nervioso y disminuir la inflamación permitiendo el inicio de un proceso curativo lento de los tejidos blandos circundantes.

Osteoartritis

Osteoartritis, también conocida como la artrosis, es la más común de las enfermedades articulares que a menudo afecta a las vértebras, cadera, rodilla, muñeca/mano, tobillo/pies y hombro. En muchos casos, los pacientes con osteoartritis no experimentan el dolor hasta que la condición no progresa a etapas avanzadas. A menudo los síntomas son peores por la mañana y se aumenta la sensibilidad a los cambios de tiempo, especialmente el aumento de la humedad/precipitación.

Espondilosis es el término utilizado para describir la osteoartritis que afecta específicamente a las vértebras de la columna. Las superficies en contacto con los huesos en las articulaciones, están revestidos por cartílago que reducen la fricción y que permiten la movilidad en la zona, actuando también como amortiguadores. Por una serie de factores que se van acumulando a lo largo de la vida (trauma, movimientos repetitivos prolongados, mala postura, etc.) estas articulaciones de la columna vertebral pueden perder su movilidad. Cuando una vértebra pierde su alineación, y en consecuencia su movilidad normal, este proceso se llama una subluxación vertebral. El proceso degenerativo de espondilosis comienza a partir de cuando hay una pérdida de movilidad en la articulación. Es un proceso lento que toma al menos 10 o 15 años antes de que pueda ser detectado en una radiografía. Si la subluxación (desplazamiento de la vértebra) no se corrige a tiempo, la articulación vertebral se degenera poco a poco y con tiempo formará osteofitos (también conocidos como espolones óseos) y la degradación completa del disco intervertebral. Si esto pasa, las vértebras se fusionan y habrá una pérdida permanente de la movilidad y casí ciertamente una pronunciada irritación del nervio espinal adyacente.

Artrosis

El ajuste quiropráctico puede ayudar a prevenir el desarrollo de la artrosis realineando las vértebras para así restaurar la movilidad de la articulación. En el caso de que la artrosis ya esté presente, a través de la quiropráctica se puede ayudar a asegurar de que el proceso degenerativo no empeore.